Las palabras sirven para
expresar lo que sentimos, lo que pensamos, lo que vivimos, sufrimos, amamos.
Nuestras alegrías y tristezas. Los momentos que queremos dejar grabados no solo
en la memoria sino también por medio de lo escrito para nunca olvidar.
Sucede que muchas veces
tenemos experiencias fuertes que quisiéramos compartir y no lo hacemos porque
no encontramos las palabras para decirlo o escribirlo. Y sucede también que a
veces leemos la experiencia de alguien, un pensamiento, un sentimiento descrito
en palabras, un libro, una historia, una novela y nos identificamos. Creemos
que esa persona nos está describiendo, que le está poniendo nombre y palabras a
lo que está en nuestro interior. ¿Por qué no escribir lo que sentimos?, ¿Por
qué no compartirlo? Pienso que tenemos miedo de mostrar qué hay dentro de
nosotros. Tenemos temor a que algo tan importante y significante pueda no ser
valorado por el otro de la misma manera en que uno lo valora. Pensamos que
seremos juzgados, o que nos veremos débiles y frágiles si compartimos nuestros
sentimientos, si damos a conocer nuestro mundo interior que a veces se encuentra
encerrado bajo mil candados.
Usa las palabras. Úsalas para
ponerle nombre a las cosas que suceden en tu interior, para descifrar tus
sentimientos –a veces contradictorios-. Úsalas sin miedo para compartir quién eres, qué vives, qué sientes, qué piensas.
Quizás en estos momentos
mientras estás leyendo este escrito, te estás identificando. Ponte a pensar en
la influencia que tú podrías tener en los demás si también escribieras y
compartieras lo que hay dentro de ti.