sábado, 29 de octubre de 2011

Finalizando el mes morado



Uno de los meses que más llama mi atención y que me cuestiona mucho, es el mes morado, mes del Señor de los Milagros, mes del turrón de doña pepa y mes en que las mujeres visten con sus trajes morados. El fervor, devoción y oración que se vive durante este mes es muy impresionante y me hace pensar en cómo está mi fe y qué tanto voy avanzando.
Hace unos días tuve la oportunidad de ir a la misa que se realiza a las 7:30 am afuera de la Iglesia de las Nazarenas y que da inicio a la tradicional procesión. Era la tercera o cuarta vez que iba en toda mi vida y creo que no dejaré de sorprenderme de la cantidad de personas que iban con mucha devoción para adorar a la imagen y pedir con mucha fe por sus milagros.
Si bien nunca he sido muy partidaria de ir a estas misas por la gran cantidad de gente que congrega, la experiencia que tuve al ir fue bonita y valió la pena el esfuerzo. No solamente pedí por mis milagros, sino que también tuve al anda al frente mío lo que me permitió acordarme de todo el amor de Dios y me sentí unida a toda la Iglesia en un espíritu de oración.
¡Hasta el próximo año Señor de los Milagros!

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